Que caña! Solo llegar me saltó al cuello viniendo de lejos, que no le salté yo a ella porque es pequeña que si no montamos una escena a lo Marco y su madre para flipar.
Como no, le traje un cucurucho de nubes y golosinas, porque me encanta traerle siempre alguna chorrada, aunque sea pequeñita, o incluso hecha por mi. A ella le gusta igual un cucurucho de caramelos que un pom-pom de lana con dos cuentas pegadas como si fueran los ojitos, o un paquetito de gomitas y pinzas para que me haga peinados.
En su cuarto montamos un salón de peluquería. La muñeca grande era la clienta, el maxi-cosi era el lavadero de cabezas, las revistas en la sala de espera, el plástico para que la clienta no se estropee la camisa, las toallas para secar el pelo...y un poco de cuento del tipo “uissss...señora! que asco, le he visto un piojo!” “¿Estos enredos se los habrán hecho en otra peluquería, verdad?”
La niña partiéndose de risa...que entre peinado y peinado su madre le trajo un flan y de tanto que reía le salió por la nariz. Ja,ja,ja...que asco! Cosa que aún la Hizo reírse mas.
Se probó el “Traje de danza” porque el lunes empezaba clases de baile...toda de rosa con medias, zapatillas, mallot y una faldita tipo danza contemporánea. Todo rosa....que cursi pero que contenta estaba. Hasta con corona de princesa hubiera ido ella a bailar si la hubieran dejado!! Le hice un montón de fotos que le encantaron con poses de bailarina contra el espejo.
Después bailamos las canciones de Abril Lavigne con unos nuevos pasos de baile que le enseñé. Le encanta que le enseñe bailes, como mas modernos mas le gustan.
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